La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo. Nelson Mandela

domingo, 25 de abril de 2010

Yo tambien estoy contigo, Garzón

Sinceramente, me parece vergonzoso lo que está pasando en nuestro país. No me cabe en la cabeza que esta vez, quien se sienta en el banquillo de los acusados por un presunto delito de prevaricación, sea el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón.

Cuando miles de familias de este país estaban empezando a ver que su incansable lucha estaba por fin llegando a dar sus frutos y, de una vez por todas, poder recuperar de entre las fosas a sus familiares y poder condenar así los delitos cometidos durante el franquismo, aparece la más absoluta derecha de este país (incluídos muchos magistrados, y como no, el PP que quiere asegurar la independencia del poder judicial a su manera) acusando al juez Garzón de estar cometiendo un delito de prevaricación (Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario).

Las familias de este país que perdieron a sus seres más queridos durante el franquismo tienen todo el derecho de saber donde están sus familiares enterrados, y, como no, de recuperar sus restos y enterrarlos donde ellos consideren oportuno. Y, por descontado, el juez de la Audiencia Nacional está más que legitimado para investigar los delitos cometidos durante la dictadura de Franco y recuperar así la memoria histórica tan añorada por tantas y tantas personas en España. O, al menos, debería estarlo siendo este un Estado social y democrático de derecho, asentado sobre unas bases constitucionales sólidas del que hacemos gala de valores tales como la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.

Los caidos por España enterrados con honor en el valle de los caidos de Madrid merecen su debido respeto, al igual que todos los otros miles que cayeron por una España que consideraban que sería mejor para todos. La pequeña diferencia esque los que "cayeron por España" fueron enterrados con honores de héroe, y los otros, están enterrados en fosas y reconocidos por la historia como delincuentes políticos. Y la derecha todavía se empeña en cerrar la brecha a su manera, olvidándolo todo porque no le interesa que se sepan ni la mitad de las cosas. Pues no, las cosas no se hacen así. Los que murieron por una España mejor, los que lucharon por la libertad, por la igualdad, por la justicia, por la democrácia, también merecen todos los honores del mundo.

Y hablo en primera persona y me dirijo con todo el respeto del mundo a todos los que os definís como "de derechas" y católicos, y a todos los que queréis imponer la doctrina de la que hacéis gala a vuestra manera. Hay muchos hijos y nietos que quieren recuperar los restos de sus padres, abuelos y bisabuelos... y enterrarlos con el honor que se merecen. Y, ¿no dice el cuarto mandamiento: honrarás a tu padre y a tu madre? ¿Qué mejor forma de honrarlos que dejar que los familiares de los fallecidos puedan darles por fin una digna sepultura?

Espero que se haga de una vez justicia de verdad en este país. Yo también estoy contigo, Garzón.

miércoles, 14 de abril de 2010

Aquel 14 de abril de 1931

Hace casi 80 años, hoy mismo, 14 de Abril de 1931 la República ganó las elecciones generales en nuestro país. Aquel día, según cuentan nuestros mayores, se vió reflejada la ilusión de tantos y tantos trabajadores que luchaban incansablemente por que se reconocieran sus derechos. Un nuevo aire de libertad e igualdad empezaba a hacerse notar en toda la sociedad, y especialmente en el mundo obrero.

Este día tan señalado lo he vivido de un modo especial año tras año. A mi, como descendiente directo de familia de ideales originariamente republicanos y socialistas, tanto por una parte como por la otra, me hace especial ilusión celebrar este dia de un modo un tanto emotivo y cariñoso.

Cierto es que hubo cierta gente que llevo a tal extremo los ideales de la izquierda (aunque aquello no era ni izquierda, ni defensa de las libertades públicas, ni nada parecido) que se cometieron atrocidades inauditas hasta para el mas cruel de los humanos... Pero también es cierto que los verdadeos políticos consiguieron que se construyeran muchísimas escuelas públicas, hospitales...

Y en el ámbito laboral, por fin, empezaron a reconocerse los derechos de los trabajadores. La proclamación de la segunda república supuso la constitucionalización del derecho del trabajo, pasándose a un auténtico derecho especial, sistematizado y coherente, con principios comunes.
La Constitución del 9 de diciembre del 1931, estableció el derecho de sindicación y una tabla de derechos económicos y sociales. Se sustituyeron las instituciones de la dictadura por otras nuevas y se derogó prácticamente el código de trabajo de 1926, sustuido por la ley de contrato de trabajo de 21 de noviembre de 1931. En definitiva, derechos que, a mi juicio, debería de ser inherentes de la persona por el simple hecho de nacer como tal.

Desde aqui me gustaría recordar con todo el afecto y el respeto que se merecen a todos aquellos que se dejaron la piel por que se reconocieran estos derechos tan importantes, y que lo han seguido haciendo hasta el fin de sus días.

Aquel 14 de abril de 1931... un día digno de ser recordado.